Las radios escolares somos espacios de encuentro, lugares de
integración, rincones para expresar palabras y sentires. Somos lugares de
llanto porque un niño dijo lo que a otro le tocaba, somos ideas compartidas,
lugares de espontaneidad y planificación. Somos herramientas didácticas para
fijar contenidos y para asumir compromisos asumidos. Y somos a veces
compromisos rotos. Las radios escolares somos personas que queremos hacer algo
más que ir a la escuela, somos lugares para escuchar música, para encontrar
amigos y perder vergüenzas.
Somos tiempo extra de trabajo, somos risas extras en el recuerdo. La radio escolar es ese vecino que se acercó cuando escuchó que a un niño se le rompió la zapatilla yendo a la escuela, es esa caja de mercadería que juntamos en una colecta, esa campaña para aprender a cuidarnos en comunidad.Somos espacios para pensar, para hablar, para decir, para tomar la palabra y levantar el autoestima. Las radios escolares somos espacios para conocernos, lugares para escucharnos.
Somos barcos para romper el hielo y
navegar por infinitos mares posibles, conociendo mundos imaginarios y reales,
mundos contados por esos niños callados que frente al micrófono no paran de
hablar.
Las radios escolares somos de todos y no somos de nadie, porque las
radios escolares somos espacios de libertad.
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